Futurama: El gran golpe de Bender

Una más... o una menos, según se mire. El caso es que ya he visto otra de las millones de películas que tengo pendiente en El Tapper de los Cien (que es como voy a llamar al cacharro donde tengo los 100 dvds de divx).

Aunque hace tiempo que le eché el guante, por razones matrimoniales no pude verla (léase lo siguiente: si a Silvia no le gustan Los Simpson, ¡como para convencerla a que se enganche a Futurama!).

Bueno, pues no me ha gustado... ¡Qué mentiroso! ¡Me ha encantado, qué alegría volver a encontrar las cosas donde las dejé!

Es decir: que me alegro que, a pesar de los dos años de diferencia desde que cancelaron la serie hasta que hicieron esta película, tiene toda la esencia Futurama. Y eso es una alegría para cualquier fan. Muchas gracias a los guionistas, de verdad.

Para el que no la haya visto (sí, cómo si quedara alguien además de mi, je!) el grueso central del argumento trata de tres seres que, a través de engaños, consiguen hacerse los nuevos dueños de la empresa de nuestros chicos, Planet Express. Además de eso descubren un tatuaje de la cabeza de Bender... ¡en la nalga de Fry! Cuando lo amplían se puede ver un código binario (de ceros y unos, vamos) que, al ser leído en voz alta, abre un portal para viajar en el tiempo. De esta forma consiguen hacerse con todos los grandes objetos y el oro de la historia de la tierra como, por ejemplo, el cuadro de la Mona Lisa... aún sin acabar. "Se lo robé a DaVinci" dice Bender.

El caso es que como Mordisquitos, la mascota de Leela, les cuenta que si usan el viaje en el tiempo se destruirá la Tierra si lo usan aunque sea una sóla vez ("entonces lo usaremos una o dos veces... o seis!" responden los seres). A partir de aquí, y hasta el final de la película, nos encontramos con una historia de viajes en el tiempo y parádojas temporales de la mano de los dos grandes protagonistas de la cinta, Bender y Fry, debido a que el primero quiere matar al segundo.

Como historia paralela a la central, Fry el incansable, trata de conquistar a Leela cuando un nuevo hombre aparece en escena y consigue robarle un beso tras conquistarla. Aunque... no todo es lo que parece.

Otro que sufre de desamor es Hermes Conrad cuando, nada más perder (literalmente) la cabeza al principio del metraje, tiene que reconquistar a su esposa.

Me gusta cómo empieza, con el profesor diciéndole a sus chicos "¡estais despedidos!" y ellos, sorprendidos, "¿¡cómo!?"; "de echo hace dos años que estais despedidos, cuando esos incompetentes que son dueños de nuestra empresa, los de la Box, nos cancelaron la licencia". Jeje, me encantan cómo se rien de ellos mismos estos de la Fox, ¡entre Futurama y Padre de Familia reciben por todos lados!

También me ha gustado la cabecera nueva, con la presentación de los personajes como si se trataran de actores reales de carne y hueso y, algo que no sabía y que a lo mejor lo pasé por alto en la serie: ¡Bender se llama Rodriguez de apellido! Muy bueno.

Luego están sus toques de siempre. "Buenas noticias chicos" dice el profesor, "hay que entregar un paquete en el planeta Playa Nudista". O cuando hablan del ex-marido de la mujer de Conrad "es el único que consiguió medallas de oro olímpicas en Limbo y Sexo". O cuando llevan a Leela a hacer una visita a la Sala de los Craneos Chillones y encontramos un montón de calaveras gritando.

Además tocan temas de actualidad como cuando un taxista que lleva a Bender dice: "con esos 100 dólares podría haber echado... 4 litros de gasolina".

Y, finalmente, alabo un guiño que me encantó: cuando Fry está colgando un calendario de la pared... ¡el calendario es de Padre de Familia!

Ay, cuan larga se hace la espera del sufrido fan... ¡quiero las otras tres pelis ya, porfaplis!

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