domingo, 20 de marzo de 2011

Me llamo Earl

Me gusta mucho el cine con todo su ritual de ir a una sala grandísima llena de gente, comprar tu refresco de cola y tus palomitas y vivir las sensaciones rodeado de más personas que, como tú, pretenden pasar un buen rato y evadirse de la rutina un par de horas pero, al no disponer apenas de tiempo libre (y lo que conlleva vivir en Madrid, que desplazarte a cualquier lado supone una gran inversión de tiempo), me estoy dedicando a empaparme de series de televisión por un tubo.

Lo primero es porque, al ser capitulos no superiores a 40 minutos, puedo ver uno por noche para relajarme e irme a dormir y lo segundo es porque, para bien o para mal, la calidad que ha alcanzado la televisión en los últimos años no tiene nada que ver con lo que nos encontrábamos en los 90.

De todas formas, con "Me llamo Earl", no termino de engancharme...

La serie es entretenida pero así, sin más. No te arranca una gran risotada, no tiene grandes personajes, no tiene una gran historia que te atrape y te haga esperar con ansia el siguiente episodio.

La premisa es que el protagonista cambia de forma de vida porque comienza a creer en el karma. Es un buscavidas que vive de robos menores y, en el primer capítulo, compra un boleto de loteria que resulta premiado con 10.000 dólares y que, después de muchas vueltas y cosas que le ocurren, logra recuperarlo tras haberlo perdido al sufrir un atropello.

A partir de ahí hace una lista con las malas acciones de su vida y decide recompensar a las personas a las que dañó. Y ya.

La excusa de la lista nos mete en cada capítulo en historias muy distintas entre sí y tal vez ahí resida la gracia de la serie. No hay hilo argumental ni, como decía, personajes con una gran fuerza interior por los que interesarnos y querer saber qué es lo que les pasará más adelante. Son, en general, una pandilla de inadaptados y fracasados que viven la vida de la mejor manera que les permite su escaso intelecto.



Después de haber visto las 2 primeras temporadas puedo decir que, a pesar de todo, la serie entretiene y se deja ver sin más pretensiones que las de pasar un buen rato.

¿Nota? Pues le pondría un 5 ó 6, siendo muy generoso.