viernes, 2 de abril de 2010

Más allá de la duda

A mi Michael Douglas me parece un tipo muy elegante actuando. No sé muy bien cómo explicarlo pero transmite algo que, dejando de lado lo buena o mala que sea una película, su trabajo siempre me agrada por muy normalito que sea.

Lo digo porque este no es un gran peliculón pero estoy convencido que con otro actor diferente el resultado sería más flojo.


ALGO DE LA TRAMA SIN ENTRAR EN MUCHOS DETALLES...


Douglas interpreta a un fiscal supuestamente corrupto que manipula las pruebas de los asesinatos en beneficio a su carrera. Martin Hunter, que así se llama, tiene una joven ayudante llamada Ella (e interpretada por Amber Tamblyn) que se enamora de un joven periodista con ansias de fama.



De esta forma, C.J. (al que da vida Jesse Metcalfe), intentará por todos los medios sacar a la luz los trapos sucios de Hunter y denunciar publicamente su falta de escrúpulos a la hora de amañar los asesinatos. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que manipular él otro homicidio?

C.J. aparece en la escena de un crimen con la excusa de que, al ser periodista, quiere dar la noticia en profundidad y consigue obtener cada detalle del crimen para, una vez estar en su casa, reproducirlo todo fielmente y hacerse pasar por el asesino. Como complice tiene a un amigo que va documentando todo grabándolo en video para, en el momento del juicio, aportarlo como prueba que lo exculpe a él y destape a Hunter... El problema es que el fiscal se huele algo y el tema se complica mucho más de lo esperado.


Y HASTA AQUÍ PUEDO LEER, QUE DIRÍA MAYRA GOMEZ KEMP.


Para ser una película muy normalita es bastante entretenida. Además, cuando parece que todo ha acabado por fin, nos queda un interesante giro final en la trama que puede coger por sorpresa a más de uno. Y es que, como siempre, no todo es lo que parece...



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