
DON SAM RARMI, DON SAM RAIMI, ¿DE QUÉ VA LA PELI?
Una chica que trabaja en un banco tiene la oportunidad de aplazar el pago de la hipoteca de una anciana. El problema es que la plaza de subdirector de su sucursal está vacante y el director está buscando a una persona agresiva para el puesto, el cuál lo tiene casi asegurado su compañero Stu; por eso, Christine decide denegar la petición de la señora.
Entonces, llena de cólera, la mujer la maldice no sin antes tener una delirante pelea en el
parking dentro del coche de Christine.

Luego está el novio de ella... ¡no hombre, no, de la vieja no, de Christine! Está el novio, decía, que es un tanto escéptico con todo el tema de los espíritus y las maldiciones y así, cuando ella le pide que le acompañe a que le lean el futuro, se lo toma todo a broma y acusa al vidente de ser un timador.
Dicho vidente le avisa que la han maldecido y que un ser demoníaco, la Lamia, vendrá a por ella pasados 3 días y se la llevará a los infiernos.
Unos cuantos sustos de esos de mucho ruido y música alta, demasiado alta, nos traen los típicos sustos/gags de Raimi (a la escena del yunque me remito) mientras la trama avanza. Es decir, Christine acude a ver a la mujer para devolverle su casa (que la embargó el banco por no poder pagarla) e implorarle que le quite la maldición... aunque la mujer no puede ayudarle; también sacrifica a su mascota en ofrecimiento al demonio aunque resulte un acto en vano.
Desesperada, llega incluso a participar en una sesión de espiritismo con una medium que ya vemos en los primeros minutos de metraje del film cuando era más joven...
YA ME ABURRÍ DE ESCRIBIR PAPÁ, ¿PUEDO SALIR A JUGAR?

Es una vuelta a los orígenes de Raimi y, digamos, autohomenaje para relajarse antes de volver a esa superproducción de la franquicia Spiderman.
Es decir, por terminar de una vez, Raimi ha cogido el espíritu que impregnó en "Posesión Infernal" y ha querido hacer un divertimento con una historia que no aporta nada nuevo pero que seguro atrae a sus fans más acérrimos.